Saludos, queridxs yogurines y amantes de los libros!!!
Esta semana, traigo la reseña del cuarto libro de la serie de Robert Langdon.
No queriendo hacer larga la introducción, les recuerdo que la ficha de autor la pueden encontrar en las reseñas de los anteriores libros.
COMENCEMOS…
Sinopsis:
En el corazón de Italia, el catedrático de Simbología de Harvard Robert Langdon se ve arrastrado a un mundo terrorífico centrado en una de las obras maestras de la Literatura más imperecederas y misteriosas de la Historia: el «Infierno» de Dante.
Con este telón de fondo, Langdon se enfrenta a un adversario escalofriante y lidia con un acertijo ingenioso en un escenario de arte clásico, pasadizos secretos y ciencia futurista. Apoyándose en el oscuro poema épico de Dante, Langdon, en una carrera contrarreloj, busca respuestas y personas de confianza antes de que el mundo cambie irrevocablemente.
Opinión personal:
“Y créanme, la Iglesia Católica tiene mucho que agradecerle a Dante. Sin duda, su Inferno hizo que los temerosos triplicaran su asistencia a las misas y ha aterrorizado a sus fieles durante siglos.”
Y, otra vez, volvemos a las páginas de un libro de Dan Brown.
La verdad, siento que cada vez que me meto a leer estos libros, el mundo se vuelve loco.
Pero es que es una adicción, lo confieso. Tiene algo que no me deja de llamar. Es una serie que, aunque tiene sus clichés de manual bien definidos y perfectamente identificables, está comprendida por libros que son de lo más adictivos.
En este caso, nos vamos a Florencia, Italia, donde tenemos al profesor Langdon con amnesia y siendo perseguido por alguien que lo quiere ver muerto. Robert, en medio de este caos, intentará resolver varios enigmas referentes a Dante Alighieri y su obra maestra, La divina comedia, porque de no hacerlo graves consecuencias podrían caer sobre el mundo entero.
Esto lo llevará a recorrer esta ciudad, Venecia y Estambul, siempre con la inestimable ayuda de distintos personajes que se nos irán presentando de acuerdo al transcurso de los acontecimientos.
Siena Brooks: es la enigmática acompañante de Robert Langdon en este libro, doctora de profesión y que nos tendrá varias sorpresas en el camino. Como muchos, siento que es lo mejor de la novela.
Dra. Elizabeth Sinskey: es quien digamos que solicita la ayuda de Langdon, pero durante buena parte del libro no se sabe que pasó con ella y como es que Langdon termina amnésico. Es la directora de la OMS y el némesis elegido por el villano de turno.
El villano de turno: desde el inicio se lo presenta como alguien inestable (lo que en cierta manera es un cambio en la manera de presentar a los villanos de esta serie). Originalmente alguien millonario y perteneciente a un exclusivo club de intelectuales, termina siendo un maníaco obsesionado por La divina comedia, más específicamente el capítulo sobre el infierno.
La verdad, su visión sobre el crecimiento de la población y la solución a ello me recordó mucho al año 2020, ya que su solución es desatar una pandemia.
“— Zobrist es un defensor de la Ecuación del Apocalipsis de la Población.
—¿Cómo dices?
—Básicamente, consiste en la explicación matemática del hecho de que la población de la Tierra va en aumento, la gente vive durante más años y los recursos naturales, en cambio, no dejan de disminuir. La ecuación predice que este curso de los acontecimientos no puede tener otro resultado que el apocalipsis de la sociedad. Zobrist ha vaticinado de manera pública que la raza humana no sobrevivirá otro siglo a no ser que tenga lugar algún tipo de extinción masiva. —Sienna suspiró hondo y cruzó la mirada con Langdon—. De hecho, en una ocasión Zobrist llegó a declarar que «lo mejor que le ha pasado nunca a Europa ha sido la Peste Negra».”
Lo más impresionante y destacable de todo es que, cuanto más hablan de las motivaciones del villano, ¡Más sentido lógico tienen! Eso es algo en lo que los anteriores villanos a los que se enfrentó el profesor Robert Langdon fallaron, lo que demuestra que el autor aprendió a crear un buen villano.
Dato impresionante: en determinado momento del relato, Langdon y Sienna examinan la máscara mortuoria de Dante Alighieri. Si son impresionables, no les recomiendo que busquen la imagen. ¡¿Qué carajos de tradición tenían?! ¡¿Hacer una máscara mortuoria?! ¡¡Es tan horrible como sacarle una foto-retrato al cadáver de un prócer!!
Lo que más asocio entre la plaga que el villano de turno quiere plantar y la pandemia que tuvimos en 2019-2021 es el lado del mundo de dónde viene. Solo si leen este libro podrán entender esta asociación que hago.
Es un libro entretenido, con un final trepidante y con algunos giros argumentales que, si bien son predecibles, no quedaron tan mal. Durante buena parte del libro, pensé que está lectura me haría querer por fin leer la divina comedia de Dante, pero aunque así no fuera, no deja de llamar la atención la cantidad de inspiración que esa obra tuvo en la cultura popular, hasta llegar a este libro. 👏🏼👏🏼
Es por eso que la nota es 8/10 (4/5 ✨), porque pensé que podía llegar a gustarme más que el anterior, pero no se pudo por poco.
Y, como esto es todo, me despido.
Hasta la próxima reseña.
Chaíto!!
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