Hace tres años, me propuse dejar de lado las historias de Harry
Potter, ya que estaba sobre intoxicándome con todo lo que sería el “universo
expandido”.
Fue un momento revelador: estaba en el videoclub, estirando
la mano para comprar Animales fantásticos y me di cuenta de que ya no era lo
que quería. Entonces, cuando volví a casa, agarré las películas y las escondí
de mi vista, luego agarré los libros e hice lo mismo. Además, silencié (o más
bien, apagué la campanita) en los canales de youtubers potterheads.
Hace dos meses, a pedido de mi hermano (que le gustan las películas,
a pesar de que dice que son meh), volví
a agarrar las películas y, en dos días, tuvimos “maratón de Harry Potter”.
Hace cuatro días, por aburrimiento y para sacarme de la
cabeza los apuntes de la universidad, agarré el libro de “la piedra filosofal”
y me puse a leer.
Fue como volver a descubrir la historia (con las películas no,
pero supongo que es porque les encontré muchos fallos que la fanática en mí se había
negado a ver).
Les juro, volví a tener siete años (edad en la que leí el
primer libro por primera vez), pero también pude encontrarle cosas que mi fanática
interior no veía.
La narrativa es muy buena, un punto que me sorprendió fue
que aprovecha bastante bien el narrador en tercera persona, ya que no solo
sigue al protagonista (algo bastante común en este tipo de literatura, por lo
menos los libros que he elido), sino que también nos cuenta lo que piensan y
sienten Ron y Hermione (por dar dos ejemplos). Hay escenas que te las cuenta
desde distintos puntos de vista, lo que ayuda a que conozcas a los personajes.
La historia es bastante llevadera, recién en el capítulo 12
es que Harry, Ron y Hermione se ponen a investigar sobre la piedra filosofal,
cuando ya pasa la mitad de la historia (y del año escolar), pero durante todo
el libro te va dando pista sobre porque tanto misterio.
También, volví a sentir que había algo más detrás de lo que
dijo Dumbledore a Harry cuando hablan del espejo de Oesed la primera vez… y no,
no me olvido lo que cuentan el resto de los libros, pero ellos se olvidan de
esa charla…
La parte del juego mágico de ajedrez es impresionantemente
atrapante y, recuerdo, era una de mis partes favoritas, pero la memoria no le hacía
honores…
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