¡¡Buenos
días cuarentenadxs, queridxs lectores!!
Hoy les traigo la reseña de un libro que busqué durante muchísimo tiempo: “Diario de la princesa”, de Meg Cabot.
Pero primero
les voy a contar por qué quería conseguir esta saga (son seis libros y dos spin
off): vi la película cuando tenía nueve años y, desde entonces amé esta
historia.
Cuando tenía
más o menos doce años, descubrí que estaba basada en un libro, y fue por eso
que los busqué incansablemente, hasta que este año los conseguí.
Y ayer
comencé con el primer libro, el cual me sacó del parate lector (y escritor) en
el que estaba.
Ahora, la
sinopsis:
¿Hay alguna chica que no haya soñado una vez en su vida
en convertirse en una princesa de verdad? Pero ¿qué pasa si este sueño se hace
un día realidad, sólo que con la persona equivocada? Porque a Mia, una
adolescente de Manhattan, no le hace ninguna gracia cuando le anuncian que es
la princesa de Genovia, un diminuto país europeo. Ella quiere seguir como
siempre, aunque eso signifique tener que luchar con una imagen que no le
convence, sufrir de desamor y tener suspensos monumentales en cada ejercicio de
álgebra.
A Mia sólo le quedará desahogarse en este divertido
diario, donde intentará compaginar su nueva vida sin por ello perder su
identidad.
Y con
esto, vamos con mi opinión personal.
La historia
está muy bien orientada, la pluma de la autora es magnífica. Está narrada desde
el punto de vista de Mia, y nosotros leemos (literalmente) su diario. O sea, es
una historia enteramente narrada de manera epistolar (no como otras historias
que llevan por título “diario”).
Peero! Es una prueba de que nunca se
debe leer el libro después de ver la película.
Este libro
no habla sobre levantar la patita si es un “beso de amor verdadero”.
![]() |
(si, se que la imagen es de la segunda peli) |
No hay
auto descapotable propiedad de Mia, por lo que no hay escena de nombramiento de
caballero con la palanca de cambios.
No hay
abuela súper copada, sino que hay una grandmère apática y que por momentos es
odiosa.
El padre
no está muerto, sino que es una parte importante de la historia (sobre todo
cuando Mia tiene que soportar su raro humor cuando la madre se va a citas con
el profesor de álgebra).
El gordo
Louie es realmente gordo, y por eso el nombre.
Mia y
Lily se pelean y están casi todo el libro separadas, aunque Mia escribe en su
diario que cree que pronto se arreglarían.
Aunque si
están escenas como la del helado en la camiseta de animadora, pero salvo por
eso, las historias parecen completamente distintas.
Grandmère
fuma ¿pueden creerlo?
En un
momento, Mia escribe una “oda al algebra” que ¡es para morir de risa!
La autora
sabe captar a la perfección los pensamientos y sentimientos de los
adolescentes, tanto que te hace volver a la adolescencia y volver a vivir esas
inseguridades.
Al ser
una historia corta, los principales problemas de adolescente de Mia se
resuelven muy fácil, pero la historia no termina donde termina el libro.
Mia es
un personaje tan interesante en el libro como en la película, al igual que Lily
tiene la misma personalidad en ambos.
Mia es
una vegetariana que ama a los animales y sueña con unirse a Greenpeace, hecho
que aprovecha su padre para que ella acepte ser la princesa de Genovia.
Lily se
enoja con su amiga de la infancia cuando ella no puede rechazar que su Grandmère
le cambiara el look (que no es exactamente como en la película, pero si la
realiza Paolo).
¿Leyeron
el libro? ¿Vieron la película? ¿Qué les pareció?
Dejen sus
comentarios, que yo acá los leo.
¿Lo querés? Te lo presto
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