¡¡¡Saludos, queridxs yogurines y amantes de los libros!!!
En esta ocasión les traigo una reseña del primer libro que abandoné en años. En esta entrada les explico el porqué.
Pero primero, la ficha de autor.
El autor.
Koushun Takami
Amagasaki, Japón, 1969
Nació en 1969 en Amagasaki, cerca de Osaka, y creció en Kagawa en la prefectura de Shikoku (la cuarta isla más grande de Japón), donde reside actualmente. Tras graduarse por la Universidad de Osaka en Literatura, trabajó en el periódico de la prefectura Shikoku Shimbun durante cinco años, ejerciendo en distintas secciones, incluidas las de política, noticias policiales y economía. También realizó un curso a distancia de artes liberales de la Universidad de Nihon, y consiguió el certificado de profesor de inglés para institutos.
Battle Royale, terminada después de que Takami abandonara el periódico, fue su obra debut y la única novela que ha publicado hasta el momento. Con su publicación en Japón, en 1999, recibió un apoyo generalizado y se convirtió en un bestseller. Battle Royale se serializó en forma de cómic, se convirtió en película el año 2000, y se ha traducido a más de una decena de idiomas. Desde su primera publicación, Battle Royale continúa siendo una novela de culto favorita en Japón y otros países del mundo.
En 2012 se publicó Battle Royale: Angel’s Border, un spinoff manga escrito por el propio Koushun Takami.
La obra.
Sinopsis:
42 estudiantes. Solo 1 puede sobrevivir.
En la República del Gran Oriente Asiático está prohibido el rock, esa música decadente. Los jóvenes crecen en un estado totalitario y controlador que promueve la competitividad. Como medida de control de rebeliones, la administración pone en marcha «el Programa»: cada año, 50 grupos de distintas escuelas preparatorias son elegidos para luchar a muerte en la BATTLE ROYALE.
Los alumnos elegidos son llevados a una isla. Las normas del juego son estrictas: no pueden escapar ni contactar con el exterior, y solo puede quedar uno.
Todo está permitido para sobrevivir. Empieza el juego. Empieza BATTLE ROYALE.
Opinión personal:
“Era la versión más aterradora del juego de las sillas musicales que se pudiera imaginar.”
Bien. Veamos.
Este libro contiene 80 capítulos, más Introducción, Prólogo y epílogo.
La Primera parte: Empieza el juego. Cubre los primeros 14 capítulos.
Los siguientes 38 capítulos son cubiertos en la Segunda parte: Etapa intermedia.
La Tercera parte: Etapa final abarca los posteriores 22 capítulos
Mientras que la Cuarta parte: Conclusión lo hace con los capítulos finales.
La historia va más o menos así: Battle Royale ocurre en el año 1997, en una línea de tiempo alterna. Japón (y Corea, aunque también se habla de su influencia en China) es conocido como la Gran República del Asia Oriental, un estado fascista totalitario, capaz de doblegar la voluntad de la población, ya que controla todo aspecto de la vida de sus ciudadanos y cualquier cosa declarada «inmoral» por las autoridades, como el rock, está prohibida a menos que beatifique al gobierno. Esta nación es gobernada por el Gran Dictador, un anónimo líder supuestamente idolatrado por la población. Aquí tenemos una historia alternativa, donde Japón ganó la II Guerra Mundial, mientras que Norteamérica es un decadente Estado imperialista y el origen de todos los males que un ciudadano de la Gran República debe repudiar.
Probablemente este libro haya sido otra de las inspiraciones para los juegos del hambre, con la diferencia de que es mucho pero mucho más explícito y sangriento.
El inicio es algo tedioso, de hecho los primeros cuatro o cinco capítulos son muy lentos y describen a personajes con nombres raros y, por lo menos en mi caso yo estaba segura de que no me iban a quedar. A ver, me explico: son nombres asiáticos y el autor los describía los personajes y explicaba las personalidades y los grupos en los que estaban y bla bla bla bla, pero la verdad es que el único importante es Shuya (que encima ni siquiera sé cómo se escribe), ya que es el personaje principal.
Otra diferencia que podemos encontrar entre esta inspiración y la obra que tomó esta inspiración, es que en este caso eligen un grupo de chicos que son compañeros y se conocen entre todos, a pesar de que (como ya dije) están divididos en distintos grupos, ya que son compañeros de curso desde hace muchos años y en muchos casos son amigos, y no es que durante el transcurso de esta batalla se forman alianzas, sino que ya están los grupos formados.
—Creo que todos vosotros sabéis cómo funciona esto. Las reglas son muy sencillas. Tenéis que mataros unos a otros. No hay penalizaciones de ningún tipo. Y… —Sakamochi se detuvo para esbozar una amplia sonrisa—, el último que quede vivo podrá irse a su casa. Incluso se le entregará una tarjetita autografiada por el Dictador. ¿No es maravilloso?
Mentalmente, Shuya escupió a un lado.
Pero, bueno. Basta de comparaciones.
Cómo había algunas cosas que no me cerraban mientras leía, me puse a revisar algunas reseñas, encontrando una en YouTube (de GRINGOLIBROS Booktube) en la que explicaba el por qué no la recomienda y, aunque no estoy completamente de acuerdo, diré que agradecí ver ese video. Allí se habló de lo mal armado que está el worldbuilding, a pesar de que tiene en ese punto algo bueno, como lo es el hablar de la influencia de la música en los adolescentes.
Otro punto malo es que muchos de los personajes son cliché: los buenos son atléticos o practicaron algún deporte y los malos son invencibles.
Por último, en lo que también estuve de acuerdo con el booktuber es que el libro abruma al lector presentando a los 42 estudiantes, todos en la misma escena. Y son 42 personajes que no te pueden importar menos, porque cuanto más se esmera el escritor, más planos parecen.
Cosa aparte es el planteamiento de gobierno totalitario que hace. Parece que el autor no se decidía cómo armarlo mezcla como la que da vida a las chicas superpoderosas, “azúcar, flores y muchos colores”. ¿El resultado? : “Toda esa farsa parece factible porque le permitiría al Gobierno no tener ninguna autoridad suprema. De ese modo, todo el mundo en el Gobierno sería igual. Tendrían un poder semejante, lo cual significa que sus responsabilidades también serían parecidas. No habría ninguna desigualdad ni objeciones. Lo único malo es que tiene que mantenerse en secreto para que funcione. Todo el embuste debe seguir oculto y que no llegue a oídos de la gente. La figura del líder simplemente tiene que desempeñar un papel carismático.”
Es una lectura difícil, con escenas muy gráficas, lo que hace que no sea un libro para cualquiera y aunque yo logré soportar el 75% de la lectura, se hizo tan difícil continuar que lo tuve que abandonar (razón por la cual ni siquiera le puse nota, aunque sí le haga reseña).
Y, como esto es todo, me despido.
Hasta la próxima reseña.
Chaíto!!
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